Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ITS) son más que nombres que causan susto, fantasmas que pocos ven o han olvidado que están ahí. Pasean en las camas de algunos hoteles, suben por las cortinas y las toallas, duermen en los deseos adolescentes y se diviertan cada fin de semana, sea durante o después de la juerga de rigor. Su principal aliada es la ignorancia (desinformación) y sus amigos de fiesta, las hormonas.
Nosotros lo sabemos y, siendo conscientes de los caminos recorridos por cada uno, decidimos hacernos las pruebas correspondientes (cuatro para ser exactos) y estar completamente seguros a la hora de tener relaciones sexuales. Hacía casi tres años que ninguno, se hacía la prueba de VIH. Lo veníamos postergando por el poco tiempo que quedaba de nuestros días llenos de trabajo y vida social. Finalmente, nos dirigimos a INPPARES un sábado y ametrallamos con preguntas a la doctora. Ella sabía que estábamos algo mejor informados pero igual estaba feliz de responder cada resquicio de duda, así esta no existiese.
Fue en ese trance que vimos los efectos de las ITS en algunos pacientes, claro, mediante fotos. Era inevitable recordar los videos que en nuestros colegios religiosos nos pasaban sobre el aborto y se nos fueron las ganas de tirar (¡por casi dos horas!). Terminada la plática dimos las gracias y volvimos cuatro días después, abrimos nuestros respectivos sobres -siempre da miedo este momento- y vimos que estábamos sanitos. (Wooohooo!)
Lo que se quedó paseando en nuestras cabezas fue la inexistente educación sexual en los colegios, el oscurantismo del Estado y de muchos maestros para no dejar, a los profesionales de la salud, cumplir con su trabajo y contarles a nuestros niños cómo son realmente las cosas. Porque a decir verdad, la realidad dice que los niños de 14 años (hasta de menos) hace rato empezaron en estos quehaceres, entonces lo mejor es educarlos desde antes y evitar una desorientación mayor
Vayamos al punto entonces y hablemos de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o también conocidas infecciones de transmisión sexual (ITS) o enfermedades venéreas. Son aquellas enfermedades que (aunque en ciertas ocasiones puede ocurrir por otras vías) se contagian por contacto sexual. Los agentes productores de estas enfermedades incluyen: bacterias, hongos, parásitos (como las ladillas) y virus (como el del herpes genital, el VIH o el papiloma humano).
Entre las ETS provocadas por bacterias tenemos a la gonorrea, sífilis, clamidia, vaginitis, etc. Si bien todas tienen tratamiento y pueden ser curadas de ser detectadas a tiempo, sus síntomas pueden resultar demasiado incómodos. Excreción, aumento de ganas de orinar, dolor en la zona baja del abdomen, fiebre, náusea entre otras sensaciones. Aunque se sabe que en ocasiones la bacteria puede alojarse en partes poco visibles como lo es el cuello uterino, por lo que pasa inadvertida. El daño causado por el uso de antibióticos y por la misma enfermedad puede ser irreparable. Esterilidad (en ambos sexos), posibilidad de infección mayor y, en el caso que la mujer estuviera gestando, contagio al bebé con daño permanente.
Muchas veces la infección de hongos es resultante de una previa ETS, sin embargo el hecho que uno pueda tener hongos no implica exclusivamente una infección por transmisión sexual. Los hongos pueden aparecer por distintas razones como el uso excesivo de antibióticos, mala alimentación, higiene o cambios hormonales. Los parásitos por su lado pueden aparecer, en raros casos, por usar prendas que hayan estado en contacto con un portador. Ojo con las toallas y sábanas en algunos hoteles o utilizar ropa de otras personas. Suelen aparecer de manera sutil con algunas picaduras o molestias.
Las ITS producidas por virus son las más peligrosas ya que no tienen cura y su tratamiento es de por vida. Sus síntomas pueden ser poco extremos como fiebre, dolor de cabeza, malestar general, vómito, diarrea. En un principio uno no se imaginaría que pudiera ser algo tan grave por eso el nivel de contagio aumenta. El VIH es el responsable del SIDA, que afecta las defensas contra las infecciones que aquejan a las personas.
El herpes genital (VHS), por su lado, puede ocasionar llagas en los genitales y, en la mayoría de los casos, está inactivo dentro de nuestro organismo. Las posibilidades de contagio son mayores. En cuanto al virus del papiloma humano (VPH), no hay un examen al que se puedan exponer los varones, pero sí pueden cargar con el virus. En el caso de las mujeres, se detecta por medio de pruebas de papanicolau y de salir positivas, hay altas probabilidades de que un cáncer de cuello uterino se pueda gestar.
Con todo esto, que es en realidad un pedacito de la basta información que hay sobre este tema, solo nos queda terminar con una simple frase: ¡USEN CONDÓN! y evitemos dañar nuestros cuerpos, el de nuestros compañeros y poner en peligro nuestra descendencia.
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